domingo, 10 de enero de 2010

Fuera de Cartel

El calendario particular de La Ciudad comienza. Para este visitante el año no comienza el día 1 de enero, lo hace el día 6, tras la Función del Gran Poder. Entonces es cuando comienza nuestra particular cuenta atrás que, paradójicamente, tras escasos tres meses, hará que estemos deseando la llegada de un nuevo año.

Ya tenemos el anuncio oficial del Consejo para la Semana Santa. Mis peores expectativas han sido rebasadas con creces. El resultado vuelve a ser decepcionante, una nueva muestra de la involución que estamos sufriendo en muchos aspectos en La Ciudad. El pasado año este visitante hizo la vista gorda al estilo del Cartel, porque la temática central –aquellos ciriales asomando por la calle- me parecía de lo más sugerente.



Este año nos encontramos de nuevo con un cartel con un estilo inclasificable (que abraca desde el kitch hasta a un sorprendente “barroquismo sevillano” como ya he leído por ahí), en el que no caben ya más mensajes; sin que se saque nada claro. La idea del telón litúrgico de la Semana Santa que se alza para una teatralidad formalizada en la calle, puede ser sugerente pero la composición es tremenda. El tema central es el Palio de la Caridad del Baratillo saliendo del Postigo, bajo un ese telón presidido por el Lignum Crucis de Vera Cruz, levantado por los angelitos del canasto de la Piedad, y flanqueados por nazareno y un armao (que no nos falte de ná). Voy a indultar la figura del nazareno del Baratillo con la bocina por deferencia al padre de un gran amigo, pero el resto acumula como resultado una composición bastante cateta.

A la más que previsible por el resultado del Cartel, se le podría añadir la polémica existente a raíz del rechazo del pintor Ricardo Suárez a realizar el encargo al no cobrar por ello. Este punto, el no renumerar un trabajo (como ocurriría con cualquier otro artesano, pero no con el pregonero), podría ser clave a la hora de la calidad final del encargo (ahí está la colección de la Maestranza); no obstante este visitante mantiene que no debería desviarse el dinero del Consejo a fines que no sea la subvenciones a las Hermandades. A fin de cuentas siempre es una buena tarjeta de visita ser cartelista de la Semana Santa.



Sea como sea la realidad es que, desde que el Consejo estableció al formato de cartel pintado (año1992), pocas veces el resultado ha sido de una calidad que llegara con un mensaje claro y un estilo acorde a la época que vivimos. Se ha ido cayendo en una reiteración de temáticas que a base de repetición de un modelo ya hastiado, da un resultado más que viciado.

Algo debe de hacerse mal cuando se produce en el año 2010 una regresión total. Sobre todo observando la evolución de los carteles durante el pasado siglo. Entonces estaban frescas las influencias de la cartelería de propaganda política iniciada en la Revolución Rusa y pero compartida por regímenes de toda índole política. El cartel tenía un estilo propio, no era una pintura al uso. En nuestro país autores como Carles Fontseré o Joseph Renal fueron claros exponentes en nuestro país.




Los carteles compartían el anuncio de todas las Fiestas de Primavera, tocando techo con la obra cumbre "Luz y Gracia de Sevilla", de Juan Miguel Sánchez (1931). A partir del año 1946 se segregó del mismo el anuncio de la Semana Santa, por lo que ya aparecen carteles específicos de la materia. Nos encontramos con carteles con un estilo pictórico propio y definido, que bebían directamente de esa cartelería propagandística. Valgan muestras como los carteles de los años 1948, 1950, 1951…







Durante las décadas de los 50 y 60, los carteles siguieron esta línea iniciada ya hace años, y aún sin superar el nivel anteriormente dicho tuvieron un nivel pictórico bastante alto. El resultado gustaría más o menos, pero eran consecuentes con los movimientos artísticos del momento.







El cambio vino con la primera etapa de cartelería del Consejo. Ésta, iniciada en 1980, se caracterizará por ser trabajos de fotografía, imágenes que todos tenemos en la retina y que resultaban de gran calidad. Este paréntesis fotográfico parece haber hecho mella en la calidad de la cartelería, hasta encontrarnos con el nivel actual. Visto lo visto, quizás una vuelta a la fotografía no sería desafortunada.





No sabe este visitante la línea que seguirá en próximas ediciones, ni si se creará un debate capaz de regenerar este hastiado modelo. Lo que si tiene claro es que en vez de este cartel, los anuncios de las vísperas volverán a crecer en formas de convocatorias de cultos en las fechadas de iglesias, y de fotografías diversas en escaparates de comercios (como esa zapatería de la calle Sagasta)…la luz de los primeros y tímidos atardeceres, y la vuelta de los vencejos, harán el resto...pese a que todos estos elementos estén fuera de cartel.

15 comentarios:

Edward dijo...

Es muy posible a que muchos de vosotros el cartel les parezca sugerente y les guste total o parcialmente. No obstante pienso que la cartelería es un elemento interesante para medir el nivel social-cultural de cualquier evento; debe plasmar de un vistazo una idea a transmitir.

En este caso creo que se necesita un debate profundo que haga reflexionar para futuras obras y evite caer en la inmediatez y lo evidente.

Si les gusta, encantando estaré de leer su opinión, si no es así, ¿creen que -como es mi opinión- que se ha perdido de vista que debe ser un cartel?

Un abrazo a todos, y aún así enhorabuena por poder disfrutar del tiempo que mas nos apasiona (y a los que no he tenido oportunidad de hacerlo, feliz 2010).

Sevalber dijo...

Creo que su estilo "barroco" es demasiado parecido al del pasado, que sí supuso un giro respecto al del año precedente. Estoy de acuerdo contigo en que volver a la fotografía no sería mala idea.

Un saludo.

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

A mi no me gusta nada. Yo no sé de arte pero me pasa como con el vino, que aunque no sé si es bueno o malo sí sé si me gusta o no.
No es porque estuviera representada una de mis Hermandades, pero ¿recuerdas el cartel de Carmen Lafón?
Un abrazo

La verdad esta ahi fuera dijo...

El tema del cartel (como tantos otros) es complicado, de entrada los propios cofrades parece que para muchas cosas nos hemos quedado anclados en la decada de los sesenta del siglo pasado.

josemariarincon dijo...

Es muy interesante la colección de carteles de los años 50 que presentas, no los conocía, son fantásticos. Mi referencia en cartelería sevillana, a la que ahora uno estos, eran los carteles de Fiestas de Primavera de los años 20, coherentes con las vanguardias y movimientos artísticos del momento; tienen casi un siglo y siguen pareciendo modernos; si a alguien se le ocurriera hacer algo así hoy en día en Sevilla, tendría que exiliarse. Desde luego, el cartel de este año es un buen ejemplo de hacia donde no hay que ir; totalmente equivocado desde mi punto de vista.
Un saludo

Zapateiro dijo...

Está claro que la cartelería es un arte en declive en nuestro país, pues no sólo se puede contemplar con espanto los carteles primaverales y de la Semana Santa de Sevilla, es que ves los de la mayor parte de las proincias andaluzas y se te ponen hasta los pelos de punta, del horror, claro está.

Representar algo tan simbólico, profundo y arraigado en el pueblo sevillano como la Semana Santa de esta forma debería ser recriminado públicamente, sintiéndolo mucho por el autor, que lo habrá hecho con su mejor intención.

Me pasa como con el pregón pasado, me parece una manera tan única en la vida de anunciar lo que más nos llena que desperdiciarla así no tiene nombre para mí.

Mejor sigo en mi burbuja de siempre, viviendo mis cosas a mi manera y olvidándome de todo lo oficial.

Saludos.

Higorca Gómez Carrasco dijo...

Me encantan los carteles, bueno por mi trabajo y mi amor al arte, me parecen fantásticos, es algo que siempre me gustaría poseer, es difícil ya lo se, pero ahora poder ver estos me han llenado de alegría, no hay mucha gente que le guste guardar tesoros semejantes, porque queramos o no, un cartel es algo que dice aquello que va a representar o como estos, algo representado. Lo siento pero me gustan y mucho, seguiré pasando por este lugar.
Saludos

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con lo que has escrito.

El cartel como obra de arte se ejecuta para transmitir en su composicion sensaciones y sentimientos sobre lo que anuncia.

Cuando, sin quitar mérito al artista, su obra te deja indiferente, el cartel no ha cumplido su objetivo.

Unknown dijo...

Opino exactamente lo mismo que el año pasado; sin querer faltar al respeto, pero me parece una práctica de photoshop. Photoshop Barroco podría llamarse.

De todas formas soy pesimista, ya que cada vez tengo mas claro que, desgraciadamente, es lo que la gran mayoría del público demanda y así seguirá siendo. Es mas, simplemente recordar algunas experiencias vividas en el certamen de bandas de diciembre me estremece....

Saludos.

Suspiros Cofrades dijo...

Excepcional repaso por la cartelería y los giros en cuanto a la misma Edward, estoy de acuerdo con todas las impresiones de los demñas comentarios pero especialmente con la de No Cogé Ventaja, yo tampoco entiendo de arte pero sí se distinguir lo bueno de lo que no lo es. Indudablemente la trayectoria de Luis Rizo es incuestionable, por eso creo que todos esperábamos más, al final ha tirado de tópicos y no queda nada claro.

Y yo me pregunto, ¿Hay miedo a crear un Cartel sencillo? Alejado de tanto simbolismo que la mayoría de la gente no entiende, y ya puestos si recurrimos a tópicos el palio de la Caridad por mucho que sea el de una de las Hermandades del autor del Cartel, representar no representa a la Semana Santa de Sevilla, y lo digo porque pasa completamente desapercibido. ¿O conoceis a alguien que venga expresamente desde fuera de la ciudad a verlo?

En fin, un saludo a todos!!

Angel dijo...

Lo diré de forma breve, porque no quiero entrar en los detalles (ese armao, esa túnica azul pavo...) y seré conciso: es un pastiche que no hay por donde cogerlo.

Miguemusiqueando dijo...

En mi opinión el cartel no me gusta, entiendo que un cartel al menos debería ser capaz de atraer la atención y este puede pasar bastante desapercibido.

Por otro lado prefiero la pintura a la fotografía. Son artes distintos y en ambas disciplinas desde luego se puede cumplir con brillantez el cometido pero es con la pintura donde el artista o creador puede personalizar y crear en mayor medida.

Gracias por el completísimo e interesantísimo paseo por la historia de la cartelería, enhorabuena.

AdP dijo...

El cartel me parece un truño, así de sencillo y así de claro. Pero no sólo el de este año, me refiero al Cartel de la Semana Santa de Sevilla (en general, aunque siempre hay excepciones). ¿Se encuentran los artistas coartados para no salirse de un hipotético canon fijado por el Consejo? ¿Temen los pintores que su obra sea de mucha altura y el pueblo, generalmente profano en cuestiones de arte, no la entienda? ¿Temerán quizás las críticas de tanto catedrático de arte como hay en las hermandades, siendo así la tendencia a hacer algo que en su momento tuvo éxito? No sé cuál es la respuesta. Quizás tenga algo que ver con que seguimos viviendo de lo que se hizo años atrás. No se crea nada nuevo. No hay innovación prácticamente en ningún aspecto. ¿La música? Anclada en lo que hizo Farfán. ¿Los bordados? Anclados en lo que hizo Rodríguez Ojeda. ¿La imaginería? Bueno... tendríamos que irnos algunos siglos atrás para decir dónde se quedó anclada. Se dan esos estilos, formas, estructuras y cánones por inmejorables, como el culmen de la capacidad creativa, y con ello se comete un gran error. Se siguen reproduciendo lo que en su día tuvo éxito y da la impresión de que si alguien se sale un poco de esos márgenes se expone a sufrir una lapidación pública. ¿Qué hubiera ocurrido si Farfán, Rodríguez Ojeda y Juan de Mesa hubiesen discernido de esta manera?

Saludos.

Post scriptum: Comparto totalmente lo del vino.

Juanlu dijo...

Para mi gusto el tema carteles cada vez se recurre más a lo fácil y a lo poco original, hace años que no disfruto de un buen cartel, espero que en el futuro la cosa mejore.
Un saludo.

Antonio dijo...

A mi me pone un montón el cartel con la sombra del Crucificado de san Julián y los nazarenos en primer plano. Me pone y me informa.

Antonio