miércoles, 5 de agosto de 2009

Esa "otra" Arquitectura

Es todo un clásico la entrada a La Ciudad desde costas gaditanas. El recinto del 29 recibe tanto al visitante, como al hogareño que hace de visitante de otras tierras. Es el eterno contraste; los recuerdos de moderadas temperaturas costeras, los borra de un plumazo una Avenida de la Palmera que emula ese efecto óptico que nos promete agua en el horizonte. Viene a ser el primer espaldarazo de realidad de la calima reinante en La Ciudad estos días.

La entrada desde el Sur, quizá la mas agraciada de La Ciudad, va ubicándonos de nuevo, quizás en la radio suena un anuncio que nos ayuda a despertarnos de la ausencia de estos días…el Parque de Maria Luisa, La Pasarela, el entorno del Prado, -inevitable la mirada al termómetro para retroalimentar nuestra exageración con las temperaturas-; si la llegada es en autobús, éste nos introduce en una zona de La Ciudad espectro de lo que fue, en búsqueda de la Estación del Prado.



Disfruta este visitante de este edificio. Puede ser uno de los grandes desconocidos los, quizás ese ambiente inhóspito a deshoras que envuelve a todas las estaciones del mundo, esa mezcla de trotamundos y sintecho, el carácter efímero, lejos de la seguridad que tanto nos gusta tener, aparte del deporable estado de conservación, clasifica en zonas bajas del ranking a este notable edificio.

Proyecto del arquitecto Rodrigo Medina Benjumea, camino de su 75 aniversario, se trata de una de los mejores ejemplos de arquitectura racionalista de La Ciudad, y de los pocos que permiten convivir viviendas y otro uso de diferente escala de forma armoniosa. Invito a visitar blogs amigos que describen este edificio.

Es más que simbólico que esta ciudad tan tradicional, tras bañar al visitante del regionalismo del 29, lo reciba en esta maravilla racionalista, que además de tiene un tesoro añadido: su vestíbulo. Es fundamental realizar un ejercicio poco habitual: levantar la cabeza; alzar la línea visual de los variopintos personajes que nos podemos encontrar, de las distintas taquillas de aspecto cutre, y contemplar la serie de murales que dejó de legado Juan Miguel Sánchez. Una serie de hasta 8 frescos inspirados en escenas constumbristas.



Resulta que hubo una época en que una arquitectura de gran calidad espacial, (quizás no tanta material), se complementaba con murales de pintores de prestigio. Así, a lo Diego Rivera en el Rockefeller Center, este carismático pintor de El Puerto (quizás influido por esa entrada desde Cádiz), nos dejó un legado único en nuestra arquitectura (también lo hizo en nuestra Semana Santa, con el palio de Los Negritos).



Con esa sensación de que en cualquier lugar se puede encontrar un tesoro, sale este visitante de este edificio, considerándolo como un oasis en el conjunto de edificaciones que fueron minando sucesivamente espacio al Gran Prado de la Feria, condenándolo a ser un cateto parque a la sombra del de Forestier.

El viajero que salga da la estación en autobús, lo primero que observará será el último intento de edificio que ha pretendido acotar el Prado; la vergüenza de las obras paradas de un proyecto, que como hizo la estación, si ha pretendido hacer ciudad, incorporando algo de nivel al panorama de la arquitectura autóctona.



Triste epílogo: un primer edificio –la estación- se esta cayendo (el anexo de oficinas ha sido cerrado por ruina), y un segundo –la biblioteca- se están empeñando en abortarlo. La pena de este visitante es que la valía arquitectónica es lo que menos cuenta (quizás si en vez de una parábola, el acceso a la estación fuera un arquito, o la biblioteca tuviera cornisita, otro gallo cantaría), en una muestra mas de desprecio por la labor del arquitecto. De hecho mantiene este visitante que lo poco aceptado que fue el estilo de la estación entonces, lo está siendo la biblioteca ahora.

En el año 2012, la estación cumplirá 75 años. Un deseo este visitante: que ésta se muestre restaurada; y la biblioteca concluida ,a ser posible, "en su sitio" (que es donde ha sido concebida: ¡ay! esa mania sevillana de "mandar" la arquitectura moderna a otro lado donde no moleste)...Claro que por pedir, lo necesario sería una reordenación general del Prado: origen de todos los problemas...aunque esto se abordará en otra ocasión.

Desde aqui recomiendo una visita con "otros ojos" a la estación del Prado. Merece la pena.

7 comentarios:

Antonio dijo...

Tomo nota. Y búscaré tus tesoros.

Hay tanto que ver. Y ya sabes que por lo menos somos tres los que creemos que lo de la bibliotca es el mayor de los desbarajustes. NUNCA se debería negar suelo para una biblioteca... aquí en nuestra querida tierra hay muy poca cultura de ciudad, de convivencia, lo has dicho de 'hacer ciudad'....

nos veremos.

Antonio

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

De siempre me ha gustado ese edificio sin saber nada, ni apreciar siquiera, de arquitectura. También desde pequeño me llamaron la atención los frescos que documentas y lo mismo de los anuncios de Nitrato de Chile que nunca de niño supe a que se referían.
Yo conocí la estación en la misma forma que pones en la fotografía, con el puesto de agua en el centro que se ve en ella.
Recuerdo con impresión un día que yo muy pequeño iba con mi padre para Carmona a ver a mi abuela, su madre, y nos dimos de cara con un hombre esposado entre dos guardias civiles con capote y mosquetón al hombro. Según recuerdo, me contó mi padre, era un hombre que seguramente venía para ser juzgado en la Audiencia que entonces estaba en Almirante Apodaca.
Recuerdos, recuerdos, recuerdos. Gracias, me vienen muy bien para la racha que estoy pasando.
Un abrazo y gracias por tu recibimiento en mi rincón

Sergio Harillo dijo...

La verdad es que cuando te paras a mirarla, la estación es bastante curiosa. Lo malo es su estado de conservación y ese permanente nivel de cutrez que la inunda por todas partes. Parece como si no se hubiera limpiado en años.

Estoy contigo, a ver si siguen con la Biblioteca y le dan a más de uno en la boca ^^

Un saludo!

Unknown dijo...

Jeje, hoy precisamente la Consejería de Justicia está derribando el murete de entrada a su sede, un palacete del XIX si no tengo mal entendido (hablo de memoria).

Respecto a la Estación, solía pasar todos los veranos por allí varias veces, ya que era el camino mas corto hacia la playa. Los murales siempre me llamaron la atención, pero el edificio es tan frío e incluso hostil, además de los "ciudadanos" que por allí campan que casi nunca me detuve reposadamente a observarlo. Tomo nota.

Un abrazo y te debo dos, que ayer no pude cambiar el billete, jeje...

América dijo...

Te felicito por tan bien documentado post,que no se por que no salio en la actualizacion de los blogs que sigo,maravillosa referencia haces de la serie de murales que dejó de legado Juan Miguel Sánchez. "Una serie de hasta 8 frescos inspirados en escenas costumbristas".

Siempre insisto en lo mismo,pero me agrada conocer la ciudad a través de otros ojos,de quienes la habitan y la conocen profundamente

Un abrazo.

Edward dijo...

Callejón de los Negros, esa es la pena, que la realidad es que se niega la construcción de un Biblioteca, queriendose equiparar a un edificio especulativo con tal de pararla.

Recuerdo la frase de un amigo unavez paseando por la Avenida cuando descubrimos que en la Punta del Diamante una Librería había sido sustituida por un Bar: "¡Asi nos va!Sustituyendo librerias por bares.

Nos veremos. Un saludo!!

No cogé Ventaja, gracias por compartir tus recuerdos. Ante todo, -y como cualquier edificio de cierta antigüedad-, es un almacén de recuerdos. Siepre bienvenido a este rincón.

eventoensevilla, ya veremos donde llega lo de la biblioteca. El estado de conservación, ayuda en ese ambiente ciertamente incómodo ya de por sí de la mayoría de las estaciones de autobuses. Pero el edificio es de enorme valía. Una pena.

Du Guesclin, ya dimos rienda suelta tanto de este tema como de otros el otro día, deseando de que me devuelvas las dos que me debes, jeje!! Que serán respondidas sin duda!!

Un fuerte abrazo! y nos vemos pronto!

America, como siempre agradecido de tu visita. Un elemento bastante desconocido estos frescos, como el resto de la obra de este autor.

Un fuerte abrazo para todos, amenizais el verano en La Ciudad!

Miguemusiqueando dijo...

Curiosa historia la de la estación del Prado y bien documentada. Siempre me han entusiasmado las estaciones, aeropuertos y demás sitios donde se entrecruzan viajeros y destinos. Quizás el estado de conservación de la que nos ocupa no es el deseado y es una lástima pues ante tanta estación "moderna" suponía un aire clásico en la ciudad.