viernes, 16 de enero de 2009

Mi Cartel en El Cartel

Hará unos 10 años de esta visita. Noche del Miércoles Santo, madrugada ya del Jueves. En la plaza de San Martín no se cabía. Siempre acostumbraba a ver la salida de La Lanzada, ese año optamos por ver la entrada. Ese rincón de la ciudad con sus fachadas nobles, el olor a Azahar, la oscuridad…se aventuraban momentos intensos.


Recuerdo que llegamos con tiempo. Conforme avanzaban los días de la Semana Santa, y hacía mas mella el cansancio, dábamos cierto margen para ver algunas Cofradías. Un tiempo de espera agradable, como todos los de esta Semana, comentando lo que habíamos visto…esta chicotá, aquella marcha…así casi sin darnos cuenta empezaron a aparecer por Cervantes antifaces de raso rojo.

Poco a poco se hace el silencio (que me gusta esta palabra en estos días). En la lejanía se intuyen más que oírse un eco acompasado de los bombos, y queremos como ”apretar el oído” para enterarnos….siguen pasando nazarenos y asoma el Bacalao, ¡ya está ahí el último tramo! Por entonces ya resuena totalmente la batería de “Tres Caídas”. Es un sonido muy característico; quien haya visto “El Herodes” o “El Cristo de la Conversión” en su recorrido de vuelta sabrá a que sonido me refiero.

Interpretamos el fin de una chicotá por el cese del redoble de tambores que se pierde en el eco de la noche, en un silencio que se ha adueñado de la plaza por completo. La expectación crece por momentos, y nace un sentimiento de envidia por aquella parte del público, que al otro extremo de la plaza, ya puede ver el paso.

Suenan unos golpes secos de llamador…o de pertiguero; porque van apareciendo por la esquina pareja a pareja hasta seis ciriales, que, aún bajos al estar “arriao” el paso, se introducen lentamente en la plaza. Sobre la fachada encarnada de una casa Palacio se reflejan, como si de un farol se tratase, los candelabros del paso…Se intuye la inmensidad del Misterio.


El silencio deja oír la voz desgarrada del capataz que antecede el golpe seco del llamador. El reflejo de la pared súbitamente se vuelve inestable y sube por ella. A la vez, en una coreografía perfecta, empiezan a sonar sin tambor previo los sones de cornetas de la marcha “María Santísima del Rocío” (para mi de los mejores comienzos junto con Silencio Blanco). De pelos de punta. Se que lo que sentí yo, era común a toda la plaza, que compartió en murmullo general, un escalofrío de los pies a la cabeza. Un tributo a los sentidos; oído, vista, olfato, pero sobre todo al sentimiento que hemos ido cultivado año a año

Antes de que asomara el primer guardabrisa, tuve un pensamiento claro: este momento que acababa de vivir sería mi cartel de la Semana Santa.

El pasado sábado se Presentó el Cartel de este año, obra de Huguet Pretel. Os podéis imaginar lo que recordé al ver el motivo central de la pintura. Mi cartel, estaba en El Cartel; ese momento de espera, que simboliza la espera de los días grandes.

En otro caso, hubiera escrito acerca del estilo del Cartel, de la numerosa información que transmite, de tantos aspectos de las que ya se ha hablado (en algunos casos más de la cuenta). Hoy solo quiero decir que, mas que otro año, este Cartel si que me anuncia la llagada de la Semana Santa.

Deseo que disfruteis todos de este tiempo de espera de los dias grandes, en especial mis queridos amigos Angel y Cesar, con quienes esta noche he dado el "pistoletazo de salida" para la mas hermosa cuenta atrás.

15 comentarios:

Edward dijo...

Dejaré para otra ocasión una crítica mas "estilística" sobre el Cartel, como hice con el de las Fiestas de Primavera (¿Un cartel de otra época?) o el de los Toros (Un capotazo a la Polémica).

Y vosotros ¿os sentis identificados con este momento? ¿y con el cartel en general? si no es asi...¿cual sería el vuestro?

Un abrazo a todos

ANTONIO SIERRA ESCOBAR dijo...

Coincido con esa misma sensación que has descrito tan adecuadamente. Un saludo: mi cartel, también está en el cartel de este año.

Juan Duque Oliva dijo...

Que bien lo has contado, te comprendo perfectamente.

Antonio Borrego dijo...

Querido amigo, un cartel está hecho para anunciar. Si en este está cumplido ese cometido... pues es el mejor cartel que pueda haber. Pues verdaderamente, para ti, anuncia y eso es lo más importante. Yo aún no he tenido la oportunidad de ver mi Semana Santa reflejada, y no porque no aparezca San Juan de la Palma -que es de las pocas cosas de no aparecen (junto con la Macarena y el Gran Poder)-, sino porque no ha calado en el fondo de mi emoción la obra pictórica.

Juan Antonio González Romano dijo...

Te devuelvo la visita, Edward, y lo primero que me encuentro es esta referencia a San Martín, iglesia donde me casé. Yo soy de Santa Marta (y de la Amrgura unos años más tarde) y mi boda coincidió con las obras de San Andrés, por lo que hube de casarme allí. El sabor de esa plaza es insuperable, y los que hemos vivido experiencias vitales allí (una boda, varios bautizos, salidas procesionales, tardes de jueves de pasión y mañanas de domingo de ramos) apreciamos este lugar de una manera muy honda, como el lugar que ocupa en nuestro corazón.

Antonio dijo...

La espera, todos apreciamos ese momento y lo vemos reflejado en el cartel ...

Antonio

aiNOha dijo...

El cartel me gusta bastante, algo recargado para muchos, pero me gusta... se sale de lo ultimamente habitual.

Preciosa tu entrada, conforme iba leyendo mas metía en el papel y más identificada me sentía. Qué momento!

Besitos ^^

El Pasmo de Triana dijo...

¿Y lo bonito que es el ver aparecer los ciriales en la esquina de una calle?
Nunca la anunciación de algo tuvo más plata que ese justo momento.
Me encantó tu blog y gracias por echarle un ojo al mío. Nos seguimos leyendo, no lo dudes.

Juan Belmonte, matador de Toros.

Ángel dijo...

¿Y tú me preguntas si me siento identificado con ese "cartel" en "El Cartel"?

Fue lo primero que me vino a la mente nada más verlo. Aunque igual me pudo venir a la mente cierta calle "maña" en cierto día de luto a horas intempestivas... para otros (para mí no la hay mejor).

O tal vez una plaza "floreada" en un día "floreado"...

Lo que es curioso es que los 3 momentos tengan elementos comunes y claros: hora y "sonidos"...

Ha sido una gratísima sorpresa ver el cartel de este año, todo un acierto para el que escribe.

Este año más que nunca la espera se hará maravillosa, y este año más que nunca tenemos una cita ineludible en cierta cafetería frente a un café y unas tostadas con 2 generaciones de la saga más "amarga" que haya podido conocer.

Un abrazo.

Herodes Antipas dijo...

Primera vez que te visito y tengo que decirte, que me ha encantado tu blog. Coincido contigo, mi cartel, está en el cartel de este año.
Un fuerte abrazo

el aguaó dijo...

"apareciendo por la esquina pareja a pareja hasta seis ciriales, que, aún bajos al estar “arriao” el paso, se introducen lentamente en la plaza", es que creo que el cartel está inspirado en tus palabras, más que las palabras en el cartel.

Me ha gustado mcuho tu entrada, pues ver aparecer ciriales en una esquina es de las sensaciones más increíbles que hay. Domina el silencio y el nerviosismo crece. Semana Santa en estado puro.

Un abrazo amigo Edward.

Edward dijo...

Me alegra saber que coincidimos tanto en esta sensación que de ese momento que plasma parcialmente el cartel.

A mi me recordará ese momento tan especial de San Martín, pero supongo que a cada cual le recordará otros, como bien deja caer mi querido amigo Angel, con esa apararición de los ciriales del Misterio de la Conversión del Buen Ladrón por la esquina de Zaragoza-Doña Guiomar, o los que anuncian la llegada del Herodes a San Juan de la Palma.

Pero como bien dice Juan Antonio Glez Romano, este rincón de la ciudad tiene unas connotaciones especiales. Todo un honor su participación con su comentario.

Natural de Sevilla, Luz de Gas, Antonio celebro vuestros comentarios, que coincidais con esta sensación ¿qué momento os rememora a vosotros?

A las nuevas visitas de Ainoha, EL Pasmo de Triana y Herodes de la Bética agradecerles sus visitas, lo que mas reconforta de la entrada es ver que causa interés y genera opiniones nuevas sobre mi punto de vista.

Por ello Antonio Borrego agradezco tu comentario, obviamente este es un tema subjetivo, y habrá, como todo, a quien le llegue mas que a otros. Fijaté que yo del Cartel solo resalto esta escenma de los ciriales, que me parece anónima, no es de ninguna Cofradía en concreto...y apartir de ahí que cada cual le de la carga subjetiva que le sugiera.

Qerido Ramses celebro tu vuelta a este rincón, siempre es un orgullo tu visita.

Muchos saludos a todos y una última pregunta ¿que lugar y cofradía os sugieren unos ciriales apareciendo por un esquina?

Zapateiro dijo...

A mi se me quedó clavá la espera de la hdad. del Beso de Judas hace años. Estaba frente a la puerta del corral del conde, noche cerrada y luces apagadas. Tuerce la esquina la cruz de guía y comienzan a pasar nazarenos cansados y la impaciencia se adueña de todos. Queremos que llegue ya, aunque no queremos que pase. Cuando en la pared encalada del corral del conde ví las sombras, primero de los ciriales y luego del misterio, me quedé prendada de esa imagen para siempre. Con el palio me pasó lo mismo, esa candelería que se intuía..., se me ponen los pelos de punta al recordarlo.

Un saludo.

el aguaó dijo...

Una esquina. Cualquier esquina es buena para ver aparecer unos ciriales que se esperan.

En su giro para pasar por la Plaza que lleva su nombre, El Museo sale y tuerce a la derecha. Los que esperan pegados a la fachada del antiguo Convento de la Merced, ven aparecer una nube de incienso y luego los ciriales que anteceden el silencio de la Expiración del Cristo de Marcos Cabrera. Increíble.

Aunque yo, evidentemente, me quedo con una imagen que nunca olvidaré. La primera vez que salí de nazareno acompañando a María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso, tenía que salir desde la Parroquia de San Lorenzo. Entonces, cuando abren las puertas de la Basílica y sale la cruz de guia, los tramos de Virgen esperamos con la puerta abierta de San Lorenzo a que pasen y luego llegue el Señor. Desde dentro. En silencio. Con el antifaz puesto y la oscuridad rota en retazos de luces titilantes, aparecen los ciriales y el racheo del Señor.

Me quedo con ese momento.

Un abrazo amigo.

Edward dijo...

Zapateiro, parece que veo ese momento que cuentas en la calle Santiago...como dice un amigo mio "es calle de pasos". Desde luego es de vellos de punta. Muchas gracias por la visita.

Querido Ramses, sin duda los momentos que cuentas tienen que ser impresionantes....yo soy mas del Museo de vuelta. Lo que cuentas de San Lorenzo debió ser místico...un privilegio

Me despido con una nueva aportación, ver el mágnifico Cristo de las Misericordias asomarse entre naranjos a la plaza de la Alianza, al caer la tarde. Esto se merece otra entrada entera.

Un abrazo!!!!