
Estas propuestas aparte de su diseño innovador, abren debate sobre nuevas formulas de iluminación, tales como proyecciones. Hay que tener en cuenta que el sistema de iluminación actual basado en lámparas incandescentes tiene sus horas contadas, y mas tras la última normativa de eficiencia energética de iluminación de exteriores, que afecta de lleno a alumbrado navideño y de festejos.
Por tanto, y llegados a este punto, me planteo una serie de reflexiones:
¿Tiene cabida un diseño innovador de la portada de la feria? Entiendo que el peso de la tradición en Sevilla es mucho, y hay necesidad de reconocer lo que se ve, y no de buscarle un parecido (“las setas de la Encarnación”, o el “pene erecto de transformer” como cierto articulista sevillano definió al puente del Alamillo), por que si no crea inquietud…y es lo último que queremos en la feria. Aun así pienso que este peso de la tradición debe ser un elemento que modere actuaciones, evitando que se haga cualquier cosa, pero nunca hay que dejar que se convierta en un lastre que impida un evolucionar lógico con los tiempos.
¿Es sostenible el sistema de iluminación actual de la feria? Hay que reconocer que actualmente la feria es una “bomba” de consumo eléctrico, y rema en contra de los cauces actuales de eficiencia energética. Es verdad que “el cielo de farolillos” nos gusta a todos, pero en los años de lluvia se convierte en un “cielo de bombillas” que consumen un montón y no tiene tanto “chiste”. Como lo que importa en realidad es el adorno, se podrían sustituir las lámparas de incandescencia por otras bajo consumo o leds…
¿Coincidirán todos estos cambios con una nueva imagen en una nueva ubicación, como el Charco de la Pava? Desde luego si éste traslado se produce algún día habrá que replantearse estos puntos…y otros mucho, como trazado de calles, seguridad en casetas y demás…pero eso mejor lo dejo para mas adelante.
Tras todo esto decir que a mi me gusta la feria tal como está, pero reconozco que entre otras cosas por que “eso ha sido así de toda la vida”…frase número uno para argumentar los no-cambios en esta mi ciudad. ¿Tiene suficiente peso esta argumentación?