miércoles, 15 de diciembre de 2010

Parada Pazartekke

No es que este visitante haya dejado de pasear La Ciudad -sigo amándola profundamente-; tampoco que haya perdido la inquietud por seguir con este cuaderno de apuntes -una vez que se abre, está abierto para siempre, y pesa mucho no seguir con mas páginas-; ni siquiera que hayan faltado argumentos –cada situación que ando, leo o escucho, me crea una necesidad de opinión-. Pero detrás de Edward, y la razón por la cual existe, está la intención de disfrutar, de necesidad de generar y transmitir inquietudes de un personaje mas de La Ciudad (el término ciudadano ya me suena demasiado político), que no siempre cuenta con la disponibilidad, circunstancias, lista de prioridades y tranquilidad de ponerse esta máscara.

Hoy intento saldar una deuda pendiente conmigo mismo –algo que me atormentaba-, y quiero volver a abrir páginas de este cuaderno. El año ha sido poco prolífico desde luego, pero en todo este tiempo, me he dado cuenta de la cierta dependencia que tenía de dar mi particular visión de todo lo que ha ido sucediendo en La Ciudad, y de lo difícil que se me hacía encontrar un punto de reenganche. Quizás ese desánimo que me envuelve, y que envuelve en general a la sociedad, no me motivará para interpretar mi propia Ciudad, pero había que buscar un nuevo puente hacia una nueva etapa.



Tras estos párrafos obligados pero que tanto temía escribir, quiero dar un pequeño paseo, aunque realmente un gran paseo: un paseo en tranvía (que no metrocentro). Esta hoja que escribo hoy, es la primera de una nueva etapa personal que comenzó en la estación de Pazartekke de Estambul, donde inicié un nuevo viaje, con la mejor compañera posible (y quién mas a animado a seguir mis paseos).

Desde esa parada, solo me he bajado en paradas rutinarias, la mayoría ilusionantes, aunque otras decepcionantes; y por este rincón, no he podido o querido pasar.



Mi intención es que el resto de las paradas en La Ciudad sean tanto la Plaza Nueva como en la calle Esperanza de la Trinidad, en la Cartuja o en el barrio León, en la Encarnación o en calle Alhóndiga, en la Alameda o el Arenal, en la Catedral o en Sevilla Este, en la Alfalfa o en San Juan de la Palma.Y que seán tanto ahora en Adviento como en Cuaresma, por Pascuas o en Verano, en estos frios amaneceres o en nuestros incomparables atardeceres.



Se hace muy difícil, buscar un hueco para estos paseos, pero cuando los echas de menos, te das cuanta de que puede ser una de tantas esas cosas que hay que regar en la vida.

2 comentarios:

Sergio Harillo dijo...

Me alegro de que tus pasos te hayan traido de nuevo a estos lares. Espero que este camino te deje caer por aquí más a menudo :)

Un saludo!

Sevalber dijo...

Caramba Edward, cuantísimo tiempo.

Me alegro mucho de que vuelvas a regar este blog tan elegante que tienes.

Un cordial saludo.