La iglesia de "Los Caballos"

Siempre he pensado que la Semana Santa de Sevilla ha sido una especie de "GPS" histórico de la ciudad. Desde pequeño éstos eran los días en los que, año tras año, iba descubriendo de mano de mi padre calles nuevas que parecían ocultas. Voy mas allá, es el mayor referente para localizar lugares, si no pensemos cuantas veces nos hemos explicado diciendo “esa calle está frente a la plaza de donde sale la Amargura” o “esta tienda está en la calle por donde vemos siempre Santa Marta”. Igualmente a nuestros templos es normal reconocerlos por el nombre de la cofradía que sale de ellos. Así en un ejercicio de nombrar al todo por la parte, hablamos de “la iglesia del Valle” o “la de Vera Cruz”.

Para mi, Santa Catalina es la iglesia de “Los Caballos”. Recuerdo cuando en fechas avanzadas de cuaresma, entraba en ella por la puerta ojival que daba acceso a un pequeño compás desde el que, a través de la vidriera que se abría en la segunda puerta de madera, aparecía el “cepillo” de un casco de romano. Era el signo mas evidente de que quedaba poco para Semana Santa.

Cada vez que paso por la puerta de la iglesia de “Los Caballos”, reconstruyo en mi mente esa imagen, y me viene una pregunta ¿será muy lejano el día en que vuelva a revivir este recuerdo?

Está cerrada una iglesia no solo con un gran valor histórico arquitectónico, si no con gran valor sentimental. Ante todo sentimental. En estos días está en juego el futuro de este templo, está en juego su restauración y un montón de recuerdos de infancia, que aunque siempre nos acompañaran, resulta una experiencia gozosa revivirlos. Recuerdos como el del casco del romano, el del ingente paso, o el de una impactante imagen de una Santa que llevaba sus ojos en una bandeja, están dentro de esos muros.

Porque todos tenemos un trozo de infancia en este templo. El mejor amigo de este visitante-para el que seguramente la iglesia será la “del Carmen”-, recordará tardes del mes de julio tocando “Amargura” en el órgano mientras se montaba un paso de palio. El pasado viernes, en la radio de los blogeros, se rememoraba la salida a la calle del gran misterio de la Exaltación..y es que la iglesia de "Los Caballos" está cerrada, pero sigue presente en nuestras mentes. Este es el valor doble que tienen las cosas importantes de la vida, el intrínseco y el que le proyectamos.

Del valor que se le proyecte nos tendremos que hacer responsables cada uno de nosotros, pero del valor como edificio Patrimonio de la ciudad tienen que hacerse cargo tanto las Administraciones como la Iglesia.

Este jueves día 11 Junta, Ayuntamiento y Arzobispado firman el convenio para la restauración del templo….parece un gran paso. El viernes 12 estamos citados ahí todos los que de alguna manera sentimos este templo. El viernes podremos comentar, celebrar esta noticia, pero, si me permitís, estaremos ahí citados para recordar.

...y que pronto sea el día en que Santa Catalina vuelva a ser la iglesia de "Los Caballos".