Bien lo merecía La Ciudad. Después de unos años de reinado del “kitch”; de inundación de esa falsa sevillanía que confunde su “horror vacui” con un barroquismo postmoderno totalmente ajeno a las tendencias actuales; después de estas últimas ediciones en las que este visitante clamaba por una vuelta a la fotografía en el cartel de la Semana Santa, ya que viendo lo que había se perdía la esperanza en alguna pintura decente; después de todo eso, este año nos encontramos con un soplo de aire fresco.
Aunque realmente no es del todo un soplo de aire fresco, ya que el cartel que ha pintado este año el utrerano Juan Manuel Calle González, nos evoca esa época costumbrista en la que se forjaron los grandes carteles de la Semana Santa. Esos años irreparables de la infancia de la cartelería, en los que, como liberados de falsas influencias y prejuicios, los trazos frescos y seguros de Gustavo Bacarisas, Joaquín Bilbao y sobre todo Juan Miguel Sánchez, nos dejaron obras cumbres de la cartelería.
De hecho fue Juan Miguel, quien con su “Luz y Gracia de Sevilla”, que nos mostraba una explosión de luz formalizada en el palio de la Macarena, quien encumbró a obra de arte la cartelería. No se han vuelto a registrar esas cotas, pero bien que ha influenciado
Volviendo al cartel de esta año, una composición de collage, con un estudio medido de colores, enfocando la figura principal en un imagen –la Virgen de Gracia y Amparo- que nadie hubiera esperado jamás que presidiera el cartel, que se nos aparece rodeada de flores y velas rizadas, y bajo un invisible palio sostenido por la Giralda y tres varales; uno de la Virgen de Loreto, otro de la Esperanza de Triana y otro de la Virgen de los Ángeles.
La Semana Santa de La Ciudad es popular, barroca, tradicional… y desde que Juan Miguel Sánchez diseño el palio de Nuestra Señora de los Ángeles, también fue actual; nos demostró que puede ir de la mano de las tendencias. Este varal de su palio que también parece querer sustentar el estilo de la Semana Santa, pese al mal gusto y la repetición reiterada de un modelo ya manido y caduco. ¿O no encaja perfectamente en la clásica e incomparable tarde del Jueves Santo?
Para este visitante, el “grito en la pared” que este año nos anuncia nuestra Semana, es un homenaje a este pintor que dio un necesario soplo de aire fresco en su momento, y que parece haber querido darlo de nuevo por considerarlo necesario. Ha tenido que ser la primera obra de temática cofrade de Juan Manuel Calle González, este profesor de la Facultad de Bellas Artes que parece tener claro que debe ser un cartel y quienes influyeron en su desarrollo. No se ha tratado de innovar, sino de recuperar actualizándolo un modelo que ya existía y permanecía olvidado.
El cartel ha vuelto a recuperar la Luz y Gracia de Juan Miguel Sánchez, la luz que se ve por fin en la edición del cartel, y la Gracia en la Virgen de Gracia y Amparo.
La babucha materna voladora
Hace 6 días